POST-LOCKDOWN: IL MARE NOSTRUM È PRIVATO (1ª PARTE)

Agesilaus Santander (@AgesilausSanta1)*

                                                                             “Les enseñaré a distinguir”

                                                                              Ricardo Piglia, Blanco nocturno, 2010.

BOLONIA – RIMINI – ANCONA, 25-30 DE JULIO DE 2020    

Viajar es una de las mejores maneras de aprender. Perderse, dejarse llevar, observar, escuchar, estudiar los hechos, leer los periódicos locales y nacionales esperando el bus o el tren entre cerveza y cerveza. Dejarse crecer la barba y caminar  sin rumbo fijo arrastrando los pies entre callejuelas sucias y estrechas a menudo abandonadas a los que vienen de fuera… o hacia el mar cargados con el peso de la historia y de la propia existencia. El mar de todos los nombres pero sólo de unos pocos elegidos.

BOLONIA:

Antes de que decidan encerrarnos de nuevo a todos, decido volver a Italia. Cuando estalló la bomba Covid me encontraba en Turín. Nadie se imaginaba la que nos esperaba. En pocos días el Norte de Italia se subió al podium de los campeones en Covid19. Mencionar la palabra Italia estaba prohibido… los que habíamos estado ahí vivimos durante dos semanas como apestados. Decido pues volver a Italia y aterrizo en Bolonia. Es sábado por la tarde. La mayoría de los comercios y tiendas están cerrados, pero no es a causa del virus, en América lo llaman hacer el sábado inglés. De la noche a la mañana, como por arte de magia, Italia ha controlado su propagación. La gente está en las playas de Rímini o de Ravenna. Visito pues Bolonia con toda tranquilidad. También los museos están cerrados.

En el teatro Arena del Sole la profesorezza Nadia Urbinati de la Columbia University imparte una conferencia bajo el título Quanto immuni sono le democrazie dal rischio autoritario. La mayoría de los oyentes son estudiantes de la Universidad de Bolonia. Aprovechan para tomarse un aperitivo: el famoso Spritz Aperol. La professora Urbinati, especialista en pensamiento político y moderno, fue condecorada el 2008 por el presidente de la República Italiana con el titulo Commendatore della Repubblica por su contribución al estudio de la democràcia y la difusión del pensamiento democrático liberal italiano en el extranjero.

Para la commendadora los principales enemigos de la democracia son la demagogia, el antiparlamentarismo y la apatía. Hace algunas referencias a Trump y a Berlusconi. También habla mal de Bolsonaro. Sobre la política italiana de los últimos 50 años ni palabra. Dentro de unos días se cumplirán 40 años del atentado terrorista más grave de Italia tras la Segunda Guerra Mundial: la masacre de la estación de Bolonia. Ni una palabra sobre la mafia o el paraEstado que fue la logia masónica Propaganda 2. Ni una palabra tampoco sobre la strategia della tensione[1] en la que el Estado utilizó la falsa bandera terrorista de las Brigadas Rojas ante el miedo al avance comunista para manipular, dividir y controlar la opinión pública. Al menos podría haver hablado de Andreotti! Está claro que lo más rojo de la sala es el vermut. Eso sí, durante casi dos horas he podido estirar las piernas.

Indosso la mascarina y entro en una de las muchas librerías del imperio Feltrinelli[2]. Me encuentro con una pequeña joya: Gli autonomi de Giacomo e Piero Despali[3]. Pero antes de sumergirme en la lectura delante de una pizza –como no- me viene a la cabeza ese famoso fragmento de Gramsci: «No conocemos Italia. Peor aún, no tenemos los instrumentos adecuados para conocerla tal como es realmente, así que somos incapaces de hacer predicciones, de orientarnos, de establecer líneas de acción que tengan cierta posibilidad de ser correctas»[4].

En Italia las cosas no son nunca lo que parecen. A veces el Norte es el Sur y el Sur es el Norte. La brújula no sirve. Para interpretarla correctamente hay que tenir en cuenta algunas dicotomías que la hacen única como estado-mafia, iglesia-estado, iglesia-mafia, estable-inestable…el impossible no existe, etc. Italia es un imbroglio. Quizás es por eso que siempre acabamos volviendo. Por eso, y para seguir los pasos de Pasolini.

Bolonia representaba hasta hace poco uno de los pulmones económicos más importantes de toda Italia, estrechamente vinculado al trabajo industrial. Sin embargo en Bolonia como en todo el Norte de la península, el crecimiento de un sector terciario altamente cualificado que tiende a la automatización genera tasas de desempleo y de precariedad cada vez mayores. A esto hay que añadir las políticas de flexibilidad productiva derivadas de las nuevas reformas legislativas. Los trabajadores  italianos –en especial los del Norte, no olvidemos que son mayoritariamente originarios del sur- van perdiendo progresivamente los derechos laborales y sociales que habían conquistado sus padres y abuelos a base de huelgas y luchas. La situación se degrada a pasos gigantes con cada crisis. La desaparición de un contra-poder a los padrones como representaba el PCI ha acelerado el proceso durante los últimos 30 años. A esto se suma la desaparición progressiva del tejido productivo y de la demanda interna.

Solo entre 2008-2011 –según el periódico Il manifesto[5]– hicieron fallida 1/5 parte de las empresas manufactureras. La pandemia además está provocando el cierre de muchas pequeñas empresas que hasta ahora sobrevivían a duras penas.

Pero lo que se está modificando de manera alarmante es la relación capital-trabajo. El movimiento obrero italiano está perdiendo la batalla. Las formas de lucha y de resistencia que lo habían caracterizado están desapareciendo. El resultado: una caída en picado de la conflitividad social en todos los sectores económicos. No parece que la figura del “nuevo precario” vaya a ocupar un lugar central en los conflictos políticos de clase. El conformismo burgués y el consumismo han penetrado en los cerebros produciendo una especie de omologazione.

Las huelgas y ocupaciones de fábricas en el Turín de los años 20 ya forman parte de los anales de la historia. Ser “socialmente peligroso” en Italia puede llevarte directamente a la cárcel. En cambio, el racismo endogámico producto de la ignorancia y del colonialismo se està recrudeciendo. Las relaciones de clase y de dominación están en plena mutación. Italia tampoco se escapa de la mundialización liberal. El “pensamiento débil” se ha impuesto sin demasiadas dificultades a pesar de su tradición de lucha y de resistencia a la explotación y sin embargo, hasta finales de los años 80, el partido más representativo de la región era el comunista. Bolonia “la roja” era un bastión comunista.

En las elecciones de 1976 el PCI de Enrico Berlinguer[6] dio un salto considerable con el 34,37% de los votos. El avance comunista parecía imparable. Por la izquierda, dos nuevas formaciones hacían su aparición, el Partido Radical de centro-izquierda y el partido maoísta Democracia Proletaria. El PSI obtenia la tercera posición. Se abría la posibilidad de un cambio de gobierno. Togliatti había rejuvenecido el partido, Berlinger lo acercaba a las clases medias. Los comunistas estaban a un paso de governar sin necesidad de revolución. El mismo partido que había expulsado unos años antes a Pasolini por ser demasiado crítico y por ser homosexual.

Ante la amenaza de un gobierno comunista que pudiera convertir Italia en un aliado de la URSS, la Democracia cristiana, el mundo de los negocios y la finanza pensaron involucrar gradualmente a los comunistas en las políticas gubernamentales afin de moderar los objetivos como ya se había hecho anteriormente con los socialistas. La persona elegida para pactar con los comunistas fue el democristiano Giulio Andreotti[7]. Ya a principios de los años 70, Berlinguer había teorizado la necesidad de un compromiso histórico [8] entre todos los partidos de mayor representación nacional: el objetivo era conseguir el máximo consenso posible en torno a las instituciones. La amenaza del golpe de estado planeaba sobre sus cabezas. Los militares de Pinochet llenaban los estadios de comunistas… unos cuantos acabaron en el mar o quien sabe donde!

Pero el proyecto de Berlinger tampoco contaba con el apoyo de toda una galaxia de organizaciones autónomas que se ha acordado en denominar con el término operaismo. Para toda una serie de jóvenes que se habían alejado progresivamente de las posiciones del PCI se trataba de construir a partir de la relectura de Marx una nueva actitud, una nueva forma de pensar la relación capital-trabajo alejada de la visión apologètica del progreso técnico-científico que caracterizaba la tradición marxista heredada de la III Internacional.

Los principales representantes de esta corriente de pensamiento –Raniero Panzieri, Alquati, Mario Tronti y Antonio Negri- habían creado entre los años 60 y 70 toda una serie de revistas y periódicos o emisoras de radio como Quaderni Rossi, Classe Operaria, Potere Operario, Periodico Autonomía, Radio Sherwood, etc. que sentarían las bases de nuevas formas de lucha. Es a partir de toda una serie de conceptos nuevos como “composición de clase”, “obrero masa”, “fabrica diffusa” “neocapitalismo” que se constituirá una fuerte oposición política y sindical llevando la conflictividad a las calles, universidades y fábricas justo en el momento en que miles de trabajadores no calificados llegaban a la fábricas del Norte ocupando los trabajos más precarios.

Las huelgas del otoño de 1969 convertirán al movimiento operaio en la vanguardia del movimiento obrero italiano: el sueño de una revolución comunista nueva, la revolución de los humillados y ofendidos. Pero la aventura no durará mucho: las divisiones internas y la represión del Estado –empiezan los años de plomo- harán estragos entre las filas de los militantes de un partido sin partido que no cesaron de luchar entre indignación y felicidad. Sobrevaloraron sus fuerzas e infravaloraron las del enemigo. Lo mismo le pasó a Berlinger, pobre ingenuo. La Liga del Norte aterrizaría poco tiempo después. No es casualidad. Pasolini sí conocía el verdadero rostro de Italia…y los que se empeñaron en hacer la revolución durante los años 70 también.

RIMINI

En Italia como en tantas otras partes de las costas mediterráneas el mar es un gran negocio. Rimini es un ejemplo más. Los complejos turísticos ocupan más del 70% del litoral de Rimini. La misma situación encontramos en todas las regiones del norte como del sur. Para acceder a la playa hay que sacar la billetera. Las playas «liberas» representan sólo un pequeño porcentaje, además suelen estar sucias y en mal estado. Los italianos «de bien» ya se han acostumbrado a desertarlas: forma parte de la normalidad. Esta situación como mínimo vergonzoza para los que venimos de fuera, no parece generar ningún tipo de escándalo. Es una rutina más. Las acciones simbólicas que llevan a cabo cada verano los ecologistas para denunciar esta situación no tienen ninguna repercusión en la praxis de los italianos.

Para el empresario turístico y senador Massimo Mollegni de Forza Italia, las concesiones privadas en tiempos de Coronavirus son más necesarias que nunca. No cabe decir que este proceso de privatización de las playas -el número de licencias va cada año en aumento -no reporta prácticamente nada a las arcas del Estado: los empresarios no pagan niente.  En estos lugares de playa aunque los immigrantes no son bienvenidos, representan una reserva de mano de obra barata indispensable para el sector turístico. Y además le dan ese toque exótico que tanto agradece la señora de la tombona blanca entre bronceado y martini. Las dos caras de la misma modeda: racismo y explotación… todo recubierto con mucha indiferencia. Pasolini fue asesinado en una playa…no se me olvida!!

ANCONA, 30 DE JULIO DE 2020.

Llego a Ancona en tren. Ancona es la capital de Marches. La Ciudad se levanta sobre el monte Guasco y se asoma al mar Adriatico. El Arco de Trajano nos da la bienvenida. Me dirijo al Puerto para tomar la nave que me lleve a Croacia. Me esperan nueve horas de barco hasta llegar a Split. Aprovecho para visitar el puerto y la ciudad… aún quedan pequeñas embarcaciones como las de antes llenas de marineros de los de ahora: sin los trabajadores africanos no comerían pescado en Ancona. Mientras me como el bocadillo leo en el periódico regional que Genova inaugurará por fin el nuevo puente con fuegos artificiales…. Visito la ciudad, el museo está cerrado, no es verano para museos. En una pequeña librería de viejo encuentro otra joya: il capolavoro de Beppo Fenoglio Il partigiano Johny. A veces la literatura es más verdadera que la propia historia. Antes de subir al barco hecho un vistazo a la prensa nacional. Parece que finalmente el Museo del fascismo [9] no abrirá las puertas.

Por eso siempre volvemos a Italia, para no sucumbir a la fatalidad, para luchar cada uno a su modo contra la indiferencia, para conocer como son realmente las cosas aquí y allá. El pasado, decía Croce, es siempre contemporáneo. En el Mediterráneo el pasado es infinito. Si no me cierran las fronteras volveré en unos días.

*Agesilaus Santander forma parte de la redacción de Antagonistas.org


[1] Estrategia planificada y ejecutada dentro de la hoy famosa operación Gladio, una organización paramilitar secreta formada y financiada por la OTAN, la CIA y el M16 con el apoyo de grupos neofascistas o neonazis como Ordine Nuovo.

[2] Giangiacomo Feltrinelli (1926-1972) alias Osvaldo fue un editor multimillonario y militante de la extrema izquierda italiana de finales de los años 60 e inicios de los 70. Fundador de la editorial Feltrinelli y del GAP (Gruppi d’Azione Partigiana). En 1949, después de participar en la Resistencia italiana, fundó el Istituto per la storia del Movimento Operaio. También financió el PCI antes de ser expulsado a causa de su desafío a la línea ortodoxa de un PCI todavía prosoviético. En 1969 pasó a la clandestinidad. En 1972 murió accidentalmente a causa de la explosión de una bomba que estaba manipulando en Milán. Su esposa, la fotògrafa Inge Schoental, heredó la editorial tras su muerte. Ahora el propietario es su hijo Carlo. En 1999 Carlo Feltrinelli publicó una biografia de su padre que lleva por titulo Senior Service. La labor editorial de Feltrinelli padre fueEn 1957 Feltrinelli encargó al corresponsal italiano de Radio Moscú hacerce con el manuscrito no censurado  de la novela Doctor Zhivago de Boris Pasternak. Otros éxitos editoriales de Feltrinelli fueron la publicación de Il gatopardo de Giuseppe Tommai di Lampedusa (1958) o la publicación de obras censuradas por “obscenas” en EE.UU como Trópico de Cáncer de Henry Miller.

[3] Giacomo e Piero Despali; Gli autonomi. Storia dei collettivi politici veneti per il potere operaio, vol. 6, ed. Derive Approdi, 2019.

[4]Gramsci, Antonio: Odio a los indiferetes, ed. Ariel, 2017, p. 14.

[5] Il manifesto, martedi 4 agosto 2020. En 1969 un grupo de jóvenes dirigentes e intelectuales críticos con la propuesta de Berlinger del compromiso histórico salen del PCI y fundan el movimiento llamado Il Manifesto pasando a  publicar primero una revista y después el diario con el mismo nombre. Entre los fundadores encontramos nombres como Lucio Magri, Rossana Rossandra y Luciana Castellina entre otros.

[6]Enrico Berlinger (Sassari 1922-Padoue 1984). Hijo de un diputado liberal, se afilió al PCI en 1944. Ocupó todos los cargos importantes del partido sustituyendo a Palmiro Togliatti como secretario general entre 1972-1984. Berlinger será uno de los más ardientes promotores de la política del compromiso histórico con la Democracia cristiana -en detrimento de la alianza con los socialistas- y de las tesis eurocomunistas que promovían además de un acercamiento a las clases medias, abandonar la filiación filosoviética y adaptarse a la nuevas condiciones históricas. Berlinger tuvo como aliados a Georges Marchais (PCF) en Francia y Santiago Carrillo (PCE) en España. El PCI ya no existe, ahora es el PD de Italia… el PCF es residual, y el PCE… sin comentarios. Si Gramsci levantara la cabeza volvería a la cárcel.

[7] Giulio Andreotti (Roma 1919-Roma 203) alias “Il Divo”. Símbolo y figura emblemàtica de la Democracia cristiana. Senador de por vida desde 1991, 7 veces presidente del Consejo de estado entre 1972-1992 y 21 veces ministro. Comprometido con todos los poderes desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en especial con la Mafia. Investigado de las mil acrobacias o Santo Giulio como lo llamaban los campesinos de la Ciocciara al verlo ir a misa cada mañana. Detrás de él quedó un reguero de sangre.

[8] Intelectuales liberales como Norberto Bobbio teorizaron la necesidad de un “compromiso histórico” con el PCI. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial los resultados electorales y su implantación en el país eran una realidad. Los resultaddos de 1976 dispararon las alarmas. Para Berlinger un gobierno con los socialistas estaba condenado a acabar como Allende. Para los comunistas llegar a un  compromiso con la Democracia cristiana era indispensable si querian governar. Representaban, además de 1/3 del electorado, uno de los principales grupos de presión que dominaban la vida política y social desde 1945.  Los otros eran la Iglesia dirigida por Pablo VI y la patronal dirigida por la família Agnelli, sin olvidar los EE.UU. Berlinger pensaba obtenir el acuerdo de todos. Si embargo desde el principio ni el Papa ni los EE.UU se mostraron a favor. Se añade a esto el asesinato de Aldo Moro, el hombre de la Democracia cristiana que debía facilitar el acuerdo, a manos de las Brigadas Rojas. El acuerdo que pretendía poner fin a la división política del país entre los dos grandes partidos rivales tampoco contó con el apoyo de los países del Bloque del Este que lo consideraban como un peligro. Buena parte de los militantes comunistas de las distintas organizaciones del mundo Operario también lo interpretaban como una traición.

[9]Desde hace algunos meses se habla seriamente desde la instancias gubernativas de crear un museo del fascismo. El modelo sería la Casa-museo del Terror de Budapest donde se propone una lectura histórica «revisionista» poniendo en el mismo nivel los crímenes del nazismo y del comunismo.  El fascismo siempre ha sido muy popular en Italia. No es un fantasma, es una realidad. Para muchos italianos el fascismo hizo muchas cosas bien. Las asociaciones de antiguos partigiani han denunciado la perveridad de un proyecto de este tipo. Sin embargo en las filas del M5S, sin mencionar las organizaciones claramente fascistas, el proyecto se ve como una posibilidad más de crecer en términos electorales.